lunes, 28 de marzo de 2011

La cabeza del periodismo español en bandeja

Hace unos días estuve en una interesante conferencia en la que participaron tres jóvenes periodistas. Los tres compartían su especialización en el periodismo internacional. Hablando de este periodismo fue inevitable la comparación del periodismo español con el de otros países. Sin embargo, y para nuestra desgracia, las conclusiones no fueron muy beneficiosas para España.
           
     Nuestro país se caracteriza por una autocensura impuesta por los propios medios de comunicación. Esto supone un perjuicio para nuestra imagen en el exterior. Nuestros medios nacionales se ponen un límite demasiado estricto a la hora de hablar y de entrevistar a cargos públicos relevantes o figuras empresariales. Sin embargo, el pasado 15 de marzo Ana Pastor rompió este tópico con su valiente entrevista al presidente Ahmadineyah . Un ejemplo de periodismo directo y con un claro objetivo: la búsqueda de la verdad.

Frente a esta autocensura del periodismo serio español se encuentra un excesivo libertinaje a la hora de hablar de los protagonistas de la prensa del corazón. En este caso las preguntas son siempre muy directas e inapropiadas, basadas en la búsqueda del morbo y sin cimientos en la realidad. Al contrario el periodismo internacional es mucho más recatado al hablar de sus famosos. Claro ejemplo  lo encontraríamos en Estados Unidos donde el respeto por sus actores y cantantes da una lección a nuestros “periodistas rosas”.




Otra diferencia entre nuestro periodismo y el periodismo extranjero se encuentra en la dificultad a la hora de ponerse en contacto con las fuentes. Llegar a contactar con el ministro de Economía puede ser una ardua tarea para un periodista español. A no ser que sea el propio ministro el que quiera utilizar a los medios para comunicarse con la población. Esto puede llegar a resultar cómico teniendo en cuenta que son personajes que ejercen cargos públicos y que por lo tanto deben dar la cara frente a la población. En lugares como Inglaterra o Francia los cargos políticos y las empresas son mucho más accesibles para los medios.

Estas son tan sólo unas píldoras de nuestro decadente periodismo español. Sé que este blog intenta defenderlo, pero para ello, primero es más importante mejorarlo. Dicen que de los errores también se aprende. Así que periodistas y medios españoles: asomen sus cabezas al exterior, observen el periodismo extranjero, saquen sus libretas y apunten sus fallos. Las comparaciones son odiosas pero más odioso es un periodismo reprimido y censurado.

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