sábado, 19 de marzo de 2011

Desde mi sillón rosa veo periodismo serio

    
    El periodismo no se trata solamente de una profesión para la que es necesaria formación y pasión. El periodismo es una profesión de riesgo. Y si no que se lo digan a los cuatro periodistas que fueron secuestrados el pasado  16 de Marzo en Libia. Stepehn Farrel, Anthony Shadid y los fotógrafos Tyler Hicks y Lyney Addario se encuentran en paradero desconocido.

    Esto es tan sólo un ejemplo representativo de los miles de periodistas que han sido secuestrados y asesinados mientras ejercían su profesión. Personas que ponen en juego su vida y su libertad para acercarnos la información. Información que los grandes poderes públicos quieren alejar en muchas ocasiones de la población. Agresiones, intimidaciones, lesiones, amenazas, desapariciones, homicidios, secuestros. Son algunas de las cosas a las que se tienen que enfrentar los periodistas en algún momento de su carrera, especialmente aquellos que se encuentran en frentes bélicos o que manejan informaciones reveladoras. Los causantes son desde grupos armados hasta narcotraficantes pasando por poderes políticos y sus sicarios.

    Curiosamente y a pesar de lo que acabo de decir, el periodismo sigue siendo una profesión devaluada gracias a, como dije en anteriores ocasiones, los programas del corazón y sus correspondientes fantoches. Unos se acomodan en sus sillones rosas y llenan sus bocas de infamias. Otros abren sus bocas mientras una Colt M1911 les apunta.

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